lunes, 6 de agosto de 2012

vivo, convivo; mi amor en gotas.


supongamos que llueve.
sí, que llueve ahora entre medio de tanta gente.
que cada gota es una baldosa, o mil baldosas por cada gota.
el agua no se agota en este instante, parece que vamos a tener que acostumbrarnos a este paisaje, a estas horas llenas de lluvia, a estos días que no dejan de mojar hasta el más hondo de los huecos del alma.
digamos que la gente ya no se protege para inventar nuevas formas de distraerse ante tanto clima nefasto, funesto, de funeral.
Si dejamos de caminar entre la lluvia, entonces donde estamos, de donde venimos, a donde acabamos de llegar.
No somos más que gotas de lluvia desagotandose a cada paso.
A cada salto para evitar pisar el charco.
Con barro.
Del barro.
mi barro compartido en miles de barrios.
La baldosa, en cada gota del mundo.
El mundo que cabe en una gota de baldosa.
Mis baldosas llenas de gotas que mundean el mundo.
Por el desierto agradezco no haber caído ni una sola vez en forma de gota.
El mundo es mi gota.
Las frases cortas gotean.
Serían chorros de agua potente en el caso de que sean una oración un poco más extendida, y así golpearían los canales del entendimiento de este fragmento muerto.
Por ende, que llueva, las gotas son arena.

No hay comentarios: