miércoles, 28 de marzo de 2012

he dicho


nadie quiere tus mugres, tus miserias,
nadie reclama por ellas.
No vayas, ni se te ocurra ir a ventilarlas en todos los mares, bahías, barcos, ramblas, paseos y callejones por los que camines.No es de bello ser ir revoloteando sin saber el destino preciso de la mugre, uno tiene que adiestrarse y saber de ante mano que si allí se está gestando algo putrefacto hay que tirarlo de inmediato al más inmenso de los horizontes. El horizonte es el destino preciso. Por eso cuando hay claridad puede que lo veamos mejor, pero en la densidad de la noche, nadie se dará cuenta cual mugre es de cada quien.
Las miserias llevan marcas pero no dueños. Se traspasan, como un pasamanos por las manos del infortunio.
Vos, tu mugre y el futuro.

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